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Cápsula 7/10: La voz y su influencia

Comunicarse a través de la voz es una habilidad. Seguramente si has escuchado tu voz, no te ha gustado… ¡Fuera perjuicios! Aceptación, valoración y entrenamiento es esencial para dirigir tu voz e influenciar con tu mensaje sea en una reunión, podcast, videoconferencia, speech, meeting, teléfono, etc.

Pautas para liderar tu voz:

Respiración. Dominar y controlar la respiración diafragmática.

Articulación. Saber utilizar la articulación de los fonemas, según el idioma con el cual se transmite el mensaje.

Pronunciación. Adaptar el ritmo, registro, volumen, entonación adecuado, para pronunciar un mensaje claro y contundente.

Es muy importante tener en cuenta que voz, cuerpo y mente van de la mano y trabajan conjuntamente. Si trabajan independientemente es imposible dominar y proyectar una voz creíble y segura. Por ello hace falta dominar:

Relajación activa. Antes de pronunciar una palabra o hablar, hay que saber relajar cualquier parte del cuerpo y evitar tensión. Gran enemiga de la voz.

Conocimiento del cuerpo. Para transferir una voz enérgica, hay que saber utilizar la voz a través del cuerpo.

Todo los elementos hablados requieren de conocimientos, práctica, esfuerzo y perseverancia. Al igual que todos elementos que componen los códigos de la imagen.

Recuerda que la comunicación no verbal es lo primero que captamos, de forma que el 38% del impacto es a través de la voz, el 55% es el movimiento del cuerpo y tan solo un 7% se atribuye a las palabras. Con la estadística podemos afirmar que el contenido del mensaje es importante, pero mucho más cómo se transmite. Y aquí hablamos del tono, registro, velocidad, modulación, etc. Sólo tú puedes gestionar tu voz de forma efectiva e influyente.

Próximo cápsula 8/10: Habilidades sociales: diferenciación

Capitulo 5/10: La esencia de tu estilo

 

«El estilo es el exterior del contenido y el contenido el interior del estilo. No pueden ir separados.” Jean-Luc Godard.

Tu estilo, eres tú por dentro y por fuera. Tiene que reflejar y transmitir tu personalidad y hacer aflorar tu esencia. La esencia es definida como un conjunto de características necesarias e imprescindibles para algo o alguien. Detrás de toda persona hay unos gustos, afinidades, personalidad, hobbies, expresiones… El estilo requiere de autoconocimiento, reflexión y aceptación. ¿Conoces tu estilo? ¿Tu armario define tu esencia? ¿y tu comunicación?. Explora, observa, analiza, valora, reconoce, acéptate y desarrolla tu estilo para que te represente con autenticidad.

Tres funciones básicas del estilo:

  • Reflejar tu  personalidad.
  • Aportar confianza y comodidad.
  • Ofrecer visibilidad.

Errores más comunes del estilo es:

  • Imitar outfits y estilos de vida
  • Pensar que no se tiene estilo.
  • Querer pasar desapercibido.

El estilo aporta identificación, autoestima, confianza, seguridad. La esencia de tu estilo es identidad, permanece en el tiempo, es la expresión de tu individualidad, de tu forma de vida personal y profesional, de tus gustos y de tu personalidad.

“Estilo es algo que cada uno de nosotros tenemos. Todo lo que tenemos que hacer es encontrarlo”. Diane Von Furstenberg.

Solo tú puedes gestionar y liderar tu imagen externa, expresión y actitud de forma armónica y dejar huella con tu estilo. ¿Te atreves a hacer aflorar tu estilo?

Próxima cápsula 6/10: Expresión: comunicación no verbal y verbal

La influencia de la imagen personal en la atención al cliente.

Y una vez más me pregunto… ¿Son conscientes los responsables de las organizaciones  y marcas de la influencia de la imagen en la atención al cliente?

En estos últimos meses han sido constantes los comentarios sobre la atención al cliente por parte de clientes y colegas. Y la verdad ni eran muy positivas.

Los que me conocéis o habéis asistido en alguna formación ya sabréis que creo que la atención al cliente en muchas empresas pequeñas y grandes y de distintos sectores se puede mejorar. Y empiezo el post con una anécdota personal, ahora hará unas tres semanas quedé a hacer un café con unos amigos en una cafetería de un hotel, el tiempo de espera a venirnos a tomar nota, superó los 30 minutos. Pude observar a otros clientes que esperaban impacientes a los camareros, estos aparecían de forma muy puntual.

Unos amigos se despiden, vuelven en unos minutos y dicen que no hay nadie para pagar, no hay ningún problema porque unos cuántos seguimos un rato más en el lugar.

Lo anecdótico es que cuando queremos irnos, no hay rastro del servicio… Una amiga dice que tiene la solución, coge el teléfono y truca al propio hotel:-). Responden inmediatamente, comunica que estamos en el bar y pide si alguien puede venir a cobrar. Llega el joven que nos había servido y nos dice: «disculpáis, estaba cenando». Sin comentarios.

Por su respuesta sincera, su juventud y simpatía, al ver que llevaba el traje mal abrochado, le dije si podía darle un consejo por defecto profesional del traje. Me da su permiso y le comento que si cuerda el primer botón superior de la americana, y no el segundo, trabajará de forma más cómoda. Respuesta: «me ha caído el botón y me he abrochado el segundo». Fue inevitable, sonreír…  Tengo que decir por su parte que era amable, sincero y simpático en sus respuestas. Pero coser un botón, es ¡un minuto!

Situación divertida, pero muy incoherente. Imagen personal , trato, actitud, comunicación, tiempo de espera. experiencia percibida, todo forma parte de la atención al cliente. Hay que gestionar la atención al cliente de forma global. El cliente según la percepción percibida valorará a los profesionales, la marca, el establecimiento,  organización, compañía o entidad.

Imprescindible: 

  • Valorar y tratar la imagen externa como herramienta de comunicación. La imagen comunica.
  • Proyectar una imagen externa impoluta a nivel de estilismo e higiene. Da lo mismo si te imponen un uniforme o si puedes elegir tu propia look.  La ropa no puede estar rota, sucia o con botones descosidos:-)  Si la empresa obliga al uso de uniforme, recuerda de quererlo, mimarlo y adaptarlo a tu tipología corporal y facial para que te aporte comodidad y flexibilidad. Manos, cabello, cuerpo…¡Higiene impecable! Maquillaje correcto a la actividad, entorno, hora, etc.
  • Piercings y tatuajes. Saber adaptarse a las normas de la cultura de la empresa, a día de hoy, algunas las permites otras no, en algunas compañías va en función de la actividad.  En los últimos años, en  muchas empresas y actividades han incrementado la posibilidad de su uso. Si llevas piercings y tatuajes tienen que ir acompañados de una higiene inmaculada. Si la empresa no los permite, evítalos.
  • Saludo y despedida. Básico y clave. «Buenos días…» «Bienvenidos….» «Qué pasen un buen día», etc. Eso sí, sin ser empalagos@. Punto medio por favor, que te vayan persiguiendo por muy amables que sean es incómodo.
  • Expresión. Alinear la comunicación no verbal y verbal en un mismo mensaje.
  • Tiempo de espera. Hay que controlar el tiempo de espera en el teléfono, reuniones, colas en tiendas o recepciones,  repuestas de correos electrónicos, etc.
  • Responder y exposición clara, concisa y creíble.
  • Gestionar la mirada y sonrisa, para que te aporten empatía y las cualidades oportunas según el entorno. Imprescindibles dominarlas.
  • Conocer el producto, servicio, empresa es esencial. Ante cualquier duda, que no sea muy básica por favor, la sinceridad siempre juega a favor.

Evita: 

  • Criticar a compañeros o el sistema de trabajo en público. Y si estás hablando con algún compañero y se os acercan a pedir información, dejad la «charla» para más tarde.

Y si…    

  • llevas muchos años en el puesto y no estás a gusto, tienes un día complicado o no te sientes valorado, el cliente no es el culpable, hay que saber gestionar las emociones. Actitud coherente.
  • empiezas en un trabajo saca tu mejor versión y evita las malas costumbres de tus compañeros.

Tú eres el responsable de tu imagen y  la de tu empresa. En Imagen personal & Comunicación Consol Vilar tenemos claro que la imagen personal juega un papel importante en la atención al cliente, por ello hemos desarrollado un programa de formación que personalizamos según los objetivos y necesidades del servicio y la empresa. Recuerda, «nunca hay una segunda oportunidad para dar una primera impresión».